4,33 Poesía de Elvis Rafael
Habit, not hope, is the last thing to go (...)
El Voto del Maestro Secreto
Es una mañana nublada. Y mientras escribo comienza a llover.
Un sacerdote en guerra.
en un cuarto sin esquinas
el Secret Master traza cláusulas
con tinta invisible.
En su aliento
la palabra “Builder” no significa albañil
sino alquimista del poder.
Para lidear con el post-trauma revisar un listado de preguntas...tomar fotografia del frontispicio. Ayer se fue la luz.
Un pacto sellado sin testigos
una firma debajo del mantel
que cubre la mesa del Senado.
La legitimidad
se disuelve como sal
en el sudor de los jornaleros.
¡Ay, Obrero!
Hubo una votación
pero fue entre sombras;
el pueblo sólo escuchó
el eco del “sí” en inglés.
Esto no es gobierno:
es negocio.
Lo llaman lo centrado
pero en el centro hay un abismo.
Los márgenes lloran en silencio.
Cada cláusula tiene un jinete
cada ley es una espada.
El Departamento de Justicia
revisa los papeles
mientras el alma del archipiélago
se rompe entre cafés de oficina
y jugo de guanábana.
No hay fórmula que no aparezca en la Biblia.
Es el sitio del relámpago:
una luz fugitiva,
una muerte romántica por la vida y el arte
el pintor y su inmolación.
Colonialistas susurran en las esquinas:
“Ya no hay escape”.
La Junta de Control Fiscal mira
como el ojo de Horus tallado en mármol
que no parpadea.
Status: congelado.
Pausa.
Actio.
Reactio.
Gotea el espíritu,
como sangre en la página.
Pero todavía,
una esperanza canta su himno.
Santo Moisés el Negro
hombre del desierto
enséñanos a resistir sin matarnos.
Nos dejamos preguntas para guiarnos
como migajas en el bosque de la autoafirmación:
¿Quién soy en este silencio federalizado?
¿A quién le rindo cuentas si mi cuerpo es ley?
El estadismo: 51
es un número de espejos.
No todos muestran el mismo rostro.
Y tú, lector,
si todavía estás vivo,
haz la siguiente pregunta:
¿Quién escribió las reglas de este juego
y por qué no se juega con dados
sino con tumbas?
-ER
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