13, 33 Poesía de Elvis Rafael
Para Federico,
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"En esta tarde yo me siento negra, negra de corazón..."
-Nora Cruz
En esta madrugada me siento
negro
raíz de tambor
negro de puro rigor
con guerras en mi lamento.
Inmolación del monje
rosa ácido
kamikaze
la escritura del gremlin.
El mundo gira violento
la corrupción se desvela
la política cancela
duende y musa en desvarío
pero en la palabra mía
se forja el canto y la estrella.
Decía , aquel gran muchacho que escribía poesía , que para el poeta
todo arte es de duende
y la máquina se enciende
como romance que aprieta.
El muchacho que escribía poesía...
romancero de maquinilla.
La madrugada se inquieta
con tentáculo rojo encarnado
Adán y Eva al costado
mácula verde del suelo
y un principio sin consuelo
galáctico, el pasto iluminado.
Vive para contarla. Al muchacho que escribía poesía le escribo: concibe un poema donde el tiempo no sea una línea, sino un arrecife con tres corrientes invisibles que se entrelazan en las costas del Caribe.
Imagina que cada ola trae no solo espuma, sino futuros alternativos que se disuelven como azúcar morena en café frío. Como aquel sargazo de Erin.
Las estrellas no están en el cielo, sino sumergidas en manglares
iluminados con luz
cuántica
las rutas de peces rabiosos que viajan entre pasados posibles. El universo
es un tambor de bomba
que resuena en seis dimensiones:
tres de espacio
tres de tiempo
cada golpe
invocando
una realidad distinta.
La causalidad se vuelve un carnaval de máscaras, donde las leyes de Einstein bailan con los electrones como comparsas como manto rosa en el Lago Natron.
La pregunta central de esta madrugada: ¿qué significa amar en un mundo donde cada abrazo puede abrir un pliegue temporal y desbordar otra historia?
-ER
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