“El archivo sumergido” Poesía de Elvis Rafael

 

(para Giraluna)

Sostengo mis tentáculos,

laten mis tres corazones

en líquido negro:

el mar Caribe y su herida.

Elasticidad de conciencia

frente a lo que carga ese cráneo

que me sostiene en la boca:

antiguo, frágil, feroz,

cargado de voces

que aún no he pronunciado.

Soy como una criatura simbólica,

marina,

de cuerpo elástico y palpitante,

floto en un mar oscuro de tinta líquida,

como si mi carne fuera un mapa

de emociones dispersas

y conciencia suspendida.

A mi alrededor,

libros flotan como brújulas luminosas,

frascos de farmacia mística,

traumas &

hábitos sagrados

que resisten la intensidad brutal

de la realidad.

El entorno es onírico:

entre lo oceánico y lo mental,

con texturas de cuero viejo,

tinta suspendida,

y la luz giratoria de un faro interior

que no guía, pero arde.

El aire sabe a sal y a páginas viejas.

El tiempo late como un tambor sumergido.

Y yo respiro bajo el agua de los significados,

donde cada libro es una herida azul abierta que cura.

A veces no sé si floto o me hundo.

A veces, los libros me pesan más que el silencio.

A veces, el cráneo en mi boca

es tanto peso como palabra,

tanto herida como lenguaje.

Pero aún así,

cada palabra que leo

es una tentáculo que me salva.

El conocimiento no me protege del abismo,

pero me enseña a bailar en él.

Soy archivo sensible,

boca de sombra,

tentáculo de historia.

Las acciones de tu realidad son poesía,

nunca lo olvides.

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