Sobre filme: Conclave (2024)
El film Cónclave de Edward Berger es un gran film con tema interesante. Cuestiona la ambición, el poder, la autoridad ... no solo presenta un "thriller político" sobre la elección de un nuevo Papa, sino que también ofrece una lectura crítica desde la perspectiva marxista.
La primera escena es el cardenal caminando hacia donde yace el Papa. Se escucha su respiración y consternación.
Desde este enfoque marxista, el filme puede interpretarse como una representación de la lucha de poder dentro de una de las instituciones más influyentes del mundo: la Iglesia Católica.
El criticismo marxista, que analiza las estructuras de poder y las relaciones de dominación, nos permite ver cómo el cónclave se convierte en una arena de conflicto ideológico, donde el discurso religioso se entrelaza con intereses políticos y económicos.
El proceso de selección del Papa, en lugar de ser un acto puramente espiritual, es una disputa de fuerzas en la que se negocian alianzas, se ejerce presión , stress, y se intenta consolidar el poder en beneficio de ciertos grupos.
Desde una perspectiva marxista, el filme también podría interpretarse como una alegoría del capitalismo, donde la institución eclesiástica, históricamente aliada a las élites, opera bajo lógicas similares a las del mercado.
Las decisiones no se toman únicamente por fe o convicción, sino dentro de una estructura de jerarquía y control.
En este sentido, el Cónclave del filme se asemeja a una asamblea corporativa en la que las figuras de poder luchan por imponer su visión del mundo, un reflejo de las pugnas ideológicas en la sociedad actual.
En cuanto a la etimología de la palabra cónclave, proviene del latín conclave, que significa “habitacióne cerrada” (con- “junto” + clavis “llave”). Históricamente, el término se refiere a la reunión secreta de los cardenales para elegir al nuevo Papa, donde las decisiones se toman en privado, sin influencia externa.
Esta idea de un espacio hermético, donde solo una élite tiene acceso a la toma de decisiones, tiene una fuerte resonancia en el mundo actual. En una época donde se habla de transparencia y democracia, Cónclave nos recuerda que muchas de las decisiones que afectan a millones de personas siguen tomándose en círculos cerrados, lejos del escrutinio público. Como toda la especulación del "borrador" de President Trump, sobre la independencia de Isla.
El filme cobra especial relevancia en nuestros tiempos, cuando la política global sigue marcada por negociaciones a puertas cerradas, conflictos entre facciones de poder y la manipulación de masas a través de discursos ideológicos. La lucha interna dentro de la Iglesia en la película puede verse como un reflejo de la polarización política contemporánea, donde las instituciones intentan reinventarse en medio de crisis de legitimidad. Cónclave nos plantea, entonces, una pregunta esencial: ¿quiénes realmente toman las decisiones que determinan el rumbo de la sociedad?
La película Cónclave de Berger no solo aborda la intriga política dentro del Vaticano, sino que también plantea una reflexión sobre el papel de la Iglesia en el mundo contemporáneo. El cónclave papal es más que la elección de un nuevo pontífice; es un espacio de lucha ideológica donde los príncipes de la Iglesia debaten el futuro del catolicismo y su influencia en la geopolítica global.
A medida que los cardenales avanzan en su caminata hacia la votación, la tensión crece, simbolizando el conflicto entre la tradición y la necesidad de adaptación.
El filme también dialoga con temas como el terrorismo religioso, la relación del cristianismo con el Islam y el concepto de califato, una forma de liderazgo religioso y político que, en su interpretación más extrema, ha sido vinculado con la violencia. La Iglesia, históricamente, ha sido un actor clave en la disputa por el territorio, la influencia y el poder, y el cónclave no es solo un ritual sagrado, sino una decisión estratégica con repercusiones globales. En este sentido, las responsabilidades asignadas al nuevo Papa determinarán el rumbo de la institución, en un mundo donde la religión sigue siendo un factor determinante en los conflictos y en la configuración del orden mundial post-moderno y post-pandemia.
-ER





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