Fernando Túpac Amaru Bastidas (1781)
"El 18 de mayo de 1781, en la plaza de Armas del Cusco, un niño de trece años contempló una masacre.
Fernando Túpac Amaru Bastidas fue obligado a ver el asesinato de sus padres, su hermano mayor y algunos de sus tíos. A su madre, Micaela Bastidas, una prócer de raíces indígenas y africanas, quisieron cortarle la lengua y luego colocarle un collar de hierro para destrozarle la nuca, pero como su cuello eran tan delgado la remataron a garrotazos y patadas.
A su padre, José Gabriel Túpac Amaru Noguera, conocido simplemente como Túpac Amaru —afirmaba ser descendiente directo del último inca de Vilcabamba
-, el líder de una gran rebelión que sentó las bases de la independencia latinoamericana, también le seccionaron la lengua, lo desnudaron y amarraron sus extremidades a cuatro caballos con la intención de desmembrarlo vivo. No lo consiguieron. Pero sus verdugos le cortaron la cabeza, la exhibieron en la plaza, y despedazaron su cuerpo, al igual que el de los otros condenados, esparciendo sus restos por distintas localidades.
Según algunos cronistas y exploradores, el pequeño Fernando lanzó un grito de horror que resonó en toda la ciudad y el continente. Poco después de aquel trauma fue condenado a ser desterrado a África, pero finalmente le cambiaron la sentencia y su destino fue
España. Después de caminar durante dos meses desde el Cusco hasta Lima, el adolescente fue encerrado por un par de años en las mazmorras del castillo Real
Felipe, en el puerto del Callao. El propósito de la corona española era evidente: atormentar al heredero para apagar cualquier llama de rebeldía."

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