Ayuno, rezo y penitencia

 

Ayuno, rezo y penitencia.

Días sacramentales del desierto.

Son tantas plegarias 

que el Santo 

necesita 

del poder del libro. 

Ese umbral 

de lo inmaterial 

frente 

a un mundo de chatarras tecnológicas. 

Un constante crepitar. Interpretación de lenguajes que no mordemos por miedo al trauma. Iceberg. Conoceremos el hielo.

El sepulcro. La brasa. El volcán. El efímero existir. Despojo.Mortaja. Es tiempo de reflexión. 

En silencio. Vigilantes. Sin guillotina. En el umbrío frontispicio del dibujante mayor.Crepúsculo que ardes no me dejes caer en el abismo ,

en la hipocresía de cada verso. 

Que mi cabello sea peregrino  

austero reloj de arena. 

Lo que resurge de la sal habitara la frente en alto. Redoma. Iluminado 

ascendiendo 

búsqueda que germinará. 

No hay mortaja que anteceda el último verbo. 

Memoria olivo olvido. 

Ayuno rezo y penitencia. 

Colecciono palabras e inicio este camino . Sed y salitre. Sed del verso. Digitalízame tus huellas y coloca con los ángeles la corona de espinas en mi corazón. Tomaré de tu sangre hasta re evolucionarme el espíritu.  Guardian del password, acompáñame en estos próximos días. Que la otredad no se limite a la prosa; que actúe justamente paralela a la misericordia de todo lo que va más allá de lo físico. 

Por eso les pregunto poetas: ¿Cuándo Jesús no es sustantivo y se hace verbo?

-ER

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