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Festival Libre Soberao: Cultura viva en Central Aguirre
Mayo 25, 2025 – Aguirre, Puerto Rico
Pienso en mi voz. En la maraca que sostengo. Intento descifrar el ritmo. No sé cómo hacerla sonar. Estoy al lado de la mesa del Centro Cultural Cunyabe. “Café de la montaña para colar”, dice un compañero, mientras la tarima se enciende y el calor del Caribe se transforma en fiesta y resistencia.
El Festival Libre Soberao no es un simple encuentro artístico: es la confirmación de que un pueblo que canta, baila y se organiza es un pueblo que sobrevive. Bajo el sol ardiente de Salinas, en la Plaza Kennedy del Central Aguirre Historic District, se alzó una tarima para recordarnos que la gestión cultural comunitaria es un faro en tiempos de precariedad y abandono gubernamental.
Me refresco y me recreo. Cuántas historias he escuchado de la bomba, cuántos ecos de tambor cargados de memoria africana. Es un gran legado nuestra música negra. Al rato, una maestra retirada empieza a bailar. Conociendo su espíritu, ella danza y los tambores la acompañan. ¿Es el Espíritu Santo quien dirige su piquete? ¿O es, más bien, la pedagogía popular que encuentra su última finalidad en un baile que expresa lo que la lengua calla?
La tarde avanza y escucho versos: “Un Holandé con décima”. Siento el honor de haber observado en la presentación del Centro Cultural de Ponce a mi Maestro de Capoeira, el antropólogo Ricardo Mariani Ríos, quien con respeto y ternura nos recuerda que la cultura se defiende con cuerpo y corazón, desde la trinchera surreña. La memoria se expande al escuchar el nombre de Isabel Albizu, la Matriarca de la Bomba, símbolo de una tradición que resiste el tiempo y a la colonialidad.
El Soberao no es solo un festival, es una apuesta colectiva a la esperanza. En medio de un Puerto Rico azotado por el desmantelamiento de lo público y el avance de intereses neoliberales que buscan convertir cada espacio en mercancía, el festival levanta una plaza como espacio común, abierto y popular. Allí donde la élite financiera ve ruina o negocio, la comunidad ve historia, raíz y futuro.
El Central Aguirre Historic District, antes centro de explotación cañera, hoy se convierte en escenario de liberación cultural. El batey se llena de pasos, cantos y voces que reclaman otra economía: la de la solidaridad, la de la memoria, la del tambor compartido y común.
El Festival Libre Soberao nos recuerda que el arte no es lujo, sino necesidad; que la cultura no es adorno, sino motor de resistencia. Es aquí, en este espacio repleto de sudor, tambor y danza, donde el pueblo reafirma que la esperanza no se vende: se cultiva y se defiende colectivamente.
Pienso en mi voz y en toda la poesía depositada en este atardecer que reúne grupos de toda la Isla. Todo comienza con un gran tentáculo rojo que sobrevive a la intemperie.
Que bien se siente esto del Soberao.
-ER
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