Watson, Crick y la Telegonía: Poema Perdido

Para Luis Daniel Marin

Hay trabajos que cambian la comprensión de la vida. Pero, ¿quién comprende la vida cuando la historia es un eco repetido? El ADN de Cristo en cada célula de la duda, caminando sobre aguas de códigos genéticos arrabales entre salinas mientras rezamos por respuestas que ya están escritas en la espiral de nuestros huesos. Ser pionero es ver más allá del microscopio, romper la estructura del dogma, doblar el tiempo en una hélice doble donde el pasado se copia y se pega en el futuro, donde la memoria no es más que una proteína esperando su momento para hablar. Movimiento. Cadencia. Misericordia. Se rompen paradigmas con su modelo de doble hélice, y en el cruce de nucleótidos y ambiciones, hay nombres silenciados, huellas ocultas en los pasillos de Cambridge, una fotografía robada,

un código de honor quebrado, porque la ciencia avanza, pero la gloria es selectiva. Mientras tanto, tu ingenio se pasea

entre el campo de pelota de los peces,

donde los ecos del mar recuerdan

que la información no se pierde, solo se transforma, y que incluso el amor deja su rastro

en la genética del olvido. Eres como un poema perdido. Un jugador estrella defendiendo la casa.

-ER

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