¿Cuando el sur es norte?

Descansa.

Deja el ruido atrás,

apoya tu cabeza en el silencio

y permite que el latido de tu corazón

sea la única música que escuches.

Cuatro espadas te piden tregua,

te invitan a cerrar los párpados

para ver dentro de ti.

Brinda.

Levanta tu copa y saborea la victoria,

la alegría que a veces olvidas

por pensar demasiado en lo que falta.

Nueve copas te recuerdan

que el presente también es un regalo,

un susurro de gratitud

que merece ser pronunciado en voz alta.

Reprender la pereza. Aprovechar el tiempo muerto. 

Lucha.

No con violencia, sino con la ternura

que doma a la bestia en tu interior.

La Fuerza no es gritar más fuerte,

es sostener tu mano con coraje

mientras el miedo se disuelve.

Mira de frente al león de tus temores

y verás cómo se vuelve tu aliado.

Renace.

Porque a veces el final no es más que

una puerta hacia el siguiente capítulo.

Muerte no es un adiós perpetuo,

es el velo que cae para mostrar un nuevo escenario.

Entierra los rencores, los hábitos marchitos,

las dudas que te atan,

y permite que tu historia florezca

en un principio sin miedo.

Descansa, brinda, lucha, renace:

barajar la narrativa es la orden del día

pues es la narrativa de tu alma la que aflora y finaliza el gran poema. El sur es norte cuando la zona de sacrificio de la gran metrópolis se hace canción protesta.

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English version

Rest.

Leave the noise behind,

lay your head on silence

and let the beating of your heart

be the only music you hear.

Four Swords ask for a truce,

inviting you to close your eyes

to see within yourself.

Toast.

Raise your cup and savor victory,

the joy you sometimes forget

by thinking too much about what is missing.

Nine Cups remind you

that the present is also a gift,

a whisper of gratitude

that deserves to be spoken aloud.

Rebuke laziness. Seize the dead time.

Fight.

Not with violence, but with the tenderness

that tames the beast within you.

Strength isn’t about shouting louder,

it’s about holding your hand with courage

while fear dissolves.

Face head-on the lion of your fears

and watch as it becomes your ally.

Rebirth.

For sometimes an ending is nothing but

a door to the next chapter.

Death is not a perpetual farewell;

it’s the veil that falls to reveal a new scene.

Bury resentments, withered habits,

the doubts that bind you,

and allow your story to bloom

in a fearless beginning.

Rest, toast, fight, be reborn:

shuffling the narrative is the order of the day,

for it is the narrative of your soul

that flourishes and completes the grand poem.

The south becomes north

when the sacrifice zone of the great metropolis

turns into a protest song.

- ER

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